Nos sentamos todos en la alfombra, con nuestra postura de relajación y realizamos varias respiraciones conscientes.
Hoy vamos a conocer y trabajar con el "Árbol de las preocupaciones"
Aprender a soltar las preocupaciones diarias puede parecer una habilidad difícil, pero con práctica puede conseguirse y convertirse en un hábito que nos permitirá disfrutar mejor de nuestra vida.
Las preocupaciones son como montar en una bicicleta estática: cansan pero no llevan a ninguna parte. Cargar con la mochila de preocupaciones durante todo el día genera estrés,angustia, ansiedad y gran malestar, creándose una bola cada vez más grande que fomenta la irritabilidad y la negatividad... además de impedirnos disfrutar del presente.
Pero lo bueno es que podemos practicar y fomentar habilidades que nos permitan "soltar lastre" diariamente. podemos crear nuestro propio "árbol de las preocupaciones": hacer deporte, practicar relajación, meditación, ejercicios mentales, etc.
Plantemos nuestro arbol de las preocupaciones y recordemos abrazarlo cada día.
Nada mejor para entender cómo funciona el árbol de las preocupaciones que leyendo esta preciosa historia que protagonizan un carpintero y su curiosos jefe.
EL ÁRBOL DE LAS PREOCUPACIONES
Un rico comerciante contrató a un carpintero para que restaurase una antigua casa que tenía en el campo.
Al final de la semana se pasó para supervisar cómo iban los trabajos. Y se dio cuenta de que el carpintero había sufrido varios contratiempos que le habían ido retrasando en el trabajo, incluso su furgoneta se había estropeado y no había podido traer todos los materiales que necesitaba.
El comerciante al ver que no disponía de vehículo, se ofreció a llevarle a casa. El carpintero no habló durante todo el trayecto, estaba visiblemente enojado y preocupado por la mala suerte que estaba teniendo. Sin embargo, al llegar invitó al comerciante a conocer a su familia y a cenar, pero antes de entrar se detuvo frente a un pequeño árbol y acarició sus ramas durante unos minutos.
Cuando entró en la casa, parecía un hombre feliz. La cena transcurrió entre risas y una animada conversación. Al terminar la velada, el carpintero acompañó al comerciante al coche. Cuando pasaron por delante del árbol, éste preguntó:
- ¿Qué tiene de especial éste árbol?
- Es el árbol de las preocupaciones – respondió el carpintero –
No puedo evitar los contratiempos en el trabajo, pero no tengo
porque llevarme las preocupaciones a casa. Cuando toco sus
ramas, dejo ahí las preocupaciones y las recojo a la mañana
siguiente, cuando regreso al trabajo. Lo interesante es que cada
mañana encuentro menos motivos para preocuparme que los
que dejé al día anterior.
Después de escuchar la fábula, hemos hablado cada uno de lo que nos preocupa, para poder dejarlo en nuestro Árbol de las preocupaciones.
Y a continuación, hemos realizado la visualización de la audición del "Árbol de las preocupaciones"
Nos ha venido fenomenal, porque hemos soltado todas nuestras preocupaciones y ahora nos sentimos genial!!!
Lo practicaremos cada vez que tengamos alguna preocupación que nos moleste y allí dejaremos todas ellas!!
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