LA ENSEÑANZA QUE DEJA HUELLA NO ES LA QUE SE HACE DE CABEZA A CABEZA, SINO DE CORAZÓN A CORAZÓN.

Howard G. Hendricks.

viernes, 27 de enero de 2017

COSAS QUE NO SE DEBEN PROHIBIR A LOS NIÑOS

Cuando los padres educan a sus hijos buscan la manera de establecer límites y normas de conducta para que los niños aprendan a comportarse. Lo que guía estos límites y las normas de comportamiento de los niños es cómo los padres resuelven las situaciones cotidianas. Es decir, consintiendo y prohibiendo las conductas de los pequeños.
El comportamiento de los hijos será consecuencia directa de las respuestas que vayan dando los padres ante las diferentes conductas de los pequeños y es lo que hará que aprendan a moverse por el mundo.

Prohibir todo a los niños es un error en la educación




Hay situaciones en las que es objetivamente necesaria la intervención de los adultos y prohibir conductas en los niños porque existe un peligro real. Pero, muchas veces los adultos impiden esos comportamientos empujados sus propios miedos.
Impulsados por estos miedos y estas creencias negativas, los niños se educarán en la idea de que hay cosas peligrosas que evitar y aprenderán a ser inseguros, asustadizos y dependientes. Por tanto, cuando los adultos tomen la decisión de prohibir conductas, deben hacerlo con moderación para evitar consecuencias negativas ante las conductas positivas o normales que lleva a cabo el niño.

5 cosas que no debemos prohibir a los hijos

Prohibir muchas conductas en los niños hace que puedan llegar a caer en una sobreprotección, impidiéndoles explorar y conocer cómo funciona el mundo en el que se mueven. Les dotamos de inseguridades y miedos. Muchas veces el adulto lo hace movido por sus propios miedos, y otras porque en la sociedad que vivimos hoy en día no tienen el tiempo suficiente para prestarles la atención necesaria a los niños para que puedan investigar el entorno a su ritmo. Por eso, hay comportamientos en los que los adultos debieran tener más paciencia y no prohibir de inmediato. Como por ejemplo:
- Correr, saltar, gritar. Es la manera que tienen los niños pequeños de expresar sus emociones y de relajarse. Es necesario que se eduque pero no prohibirlo. Los padres deben tomar conciencia de esto, ser pacientes y poner normas y límites en los que el niño pueda moverse y expresarse libremente
- Trepar. Los niños tienen mucha energía y desprenden muchas ganas de conocer todo lo que les rodea. Cuando un niño se sube a lo alto de un columpio, los padres no deben prohibirlo, es mejor que dediquen sus esfuerzos a enseñarle a subir y bajar bien y aprenda hacerlo.
- Dibujar. Con la excusa de que lo va a ensuciar todo no se le deja ni pintar, ni dibujar al niño, y en consecuencia se le coarta la creatividad. Con ello, deja de desarrollar su imaginación y se le limita la salida de sus emociones de manera correcta.
- Comer solos. A causa del poco tiempo que tienen los adultos en la sociedad de hoy en día es más fácil y más limpio dar de comer a los niños. Al hacerlo, le quitan al niño la oportunidad de aprender e ir cogiendo confianza en sus capacidades. El niño necesita sentirse útil.
- Dar su opinión. El niño tiene sus propios pensamientos y deseos. Necesitan tener un espacio donde expresarlo, de igual a igual. Por eso, es importante que no se reprima lo que tiene que decir con expresiones como. “yo sé lo que necesitas ahora, tu eres muy pequeño para entenderlo.” 

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